Hace dos días te volví a ver... Fue tan extraño, tener que actuar como que todo estaba bien cuando en realidad no, tener que dejar de un lado las charlas pendientes, tener que actuar como que superé lo nuestro, hablar de el clima, cuando antes solo nos bastaba con una mirada para saber que pensábamos, esos silencios incómodos que antes llenábamos con besos, caricias y abrazos.
¿Viste como cuando pensás que la estufa está apagada, pero está esa brasita chiquita, entre un montón de ceniza, que si le pones un madera comienza a encender lentamente el fuego? Bueno, así estaba. Mi corazón es la estufa, el amor que siento por vos es la braza, y vos sos la madera. Ahora comenzó a encender lentamente y no tengo idea de cómo apagarlo.
No voy a negar que tengo ganas de besarte, ni tampoco voy a negar mis ganas de abrazarte, de susurrarte te amo, y porque no, que me lo digas a mi también. No voy a negar de que tengo ganas de dejar todo en el pasado, para volver a ser nosotros, no vos, no yo, sino nosotros. Amarte tanto duele, y es un problema.
